Época prehispánica

Hace más de 800 años antes de nuestra era, los primeros pobladores que llegaron a Acámbaro y parte del Bajío de Guanajuato fueron chupícuaros, un grupo de sedentarios que se dedicaban a la agricultura y al trueque o intercambio de productos con otros pueblos del país y de Estados Unidos de América. 

Al pasar el tiempo, también habitaron los purépechas y chichimecas en Guanajuato. Los primeros venían de Michoacán, quienes lograron establecer un señorío, apoyado de un gobernador en Yuririapúndaro, dedicado a recoger el tributo de la población. En cuanto a los chichimecas, se trataban de tribus nómadas de cazadores y recolectores que vivieron en zonas áridas, como la Sierra Gorda, y se dividían en caxcanes, guamares, pames y jonaces. 

Finalmente, los otomíes se asentaron en las líneas fronterizas con los chichimecas en Guanajuato, y cerca de Querétaro y estados aledaños.

Aunque hay varios pueblos que no desarrollaron la escritura, razón por la que desconocemos gran parte de su historia, podemos acercarnos a ellos a través de los restos arqueológicos que dejaron en la Cañada de la Virgen en San Miguel de Allende, el Cóporo en Ocampo o Plazuelas en Pénjamo.